sábado, 20 de septiembre de 2008

Cine chileno de hoy





Lo mejor del cine contemporáneo chileno en la sala Charles Chaplin La sede de la Cinemateca de Cuba, acogerá entre el 1ro. y el 7 de septiembre, una muestra cinematográfica que nos actualizará sobre lo más reciente de esa filmografía

Por: Joel del Río

Correo: cult@jrebelde.cip.cu
La popular actriz argentina Cecilia Roth encabeza el elenco de la pelicula Padre nuestro, de Rodrigo Sepuvélda.
Del 1ro. al 7 de septiembre la Cinemateca de Cuba, con sede en el cine Charles Chaplin, programa una jornada de cine chileno contemporáneo que incluye siete destacados títulos, cuatro de ellos estrenos absolutos en Cuba. Valga este botón de muestra para propiciar el acercamiento a una cinematografía antes tan cercana y ahora tan desconocida como distante, a pesar de que hemos aplaudido, entre 2000 y 2007, títulos chilenos de tanto realce como Coronación, En la cama, Play, Machuca, B-Happy y Taxi para tres, por solo mencionar algunos de indiscutible calidad. Pero la muestra no incluye ninguno de estos, pues se pretende más bien actualizar sobre lo más reciente que presentar una antología.

La acción de La sagrada familia, una de las películas «insignias» de esta muestra, ocurre en la casa de playa de una acomodada y actual familia chilena, durante el feriado de Semana Santa. Un dueño de casa exitoso y egocéntrico, una madre desorientada y un hijo, Marco, anulado por su progenitor, componen esta familia que cambiará de golpe cuando llegue Sofía, novia del joven y dueña de una perturbadora intensidad erótica.

La actriz Patricia López presentará dicho filme en la función inaugural de esta semana de cine, dedicada a demostrar la emergencia de una cinematografía clasificada, desde ya, entre las más promisorias y reanimadas de Latinoamérica. El filme ha sido premiado en Viña del Mar, Toulouse (mejor filme), Festival de Cine Independiente de Buenos Aires, muestra de Leida, Seúl (mejor filme), Santa Cruz y Guayaquil, entre otros.

Muy galardonada internacionalmente también ha sido Mi mejor enemigo, de Alex Bowen, que retrocede a diciembre de 1978, cuando Chile y Argentina están a días de comenzar un enfrentamiento armado en la frontera sur. En la Patagonia, una patrulla chilena rompe accidentalmente su brújula y se pierde en la inmensidad de la pampa. Cavan sus trincheras en algún lugar sin saber si es Chile o Argentina. Comienza una larga espera que interrumpirá una patrulla argentina que se instala frente a ellos. Ambas patrullan esperan ahora la guerra, pero la tensa espera dará paso a la amistad que se da entre seres humanos que son enemigos, pero que, confundidos por la soledad de la pampa, transitan en una frágil línea entre el deber y el querer, contando así una profunda historia humana. Mi mejor... recibió honores en los festivales de Bruselas, Los Ángeles, Valdivia, Lima y Cartagena.

Al igual que Mi mejor... también gira en torno al pasado Días de campo, el más reciente empeño de Raúl Ruiz por el cine de su país. Hay dos hombres, aparentemente muertos, que se encuentran en un bar y comienzan a hablar del pasado. Don Federico, de 90 años, recuerda su madurez en una antigua hacienda y a los personajes que rodearon su existencia en ese lugar, mientras intenta permanentemente terminar la novela que escribe...

Ruiz es uno de los cineastas chilenos más conocidos mundialmente. Se exilió en Francia luego del golpe pinochetista y ha conseguido el raro privilegio de mantenerse realizando un cine de vanguardia, intelectualizado y provocador, a lo largo de 30 años, por solo contar su experiencia fuera de Chile, pues en el breve período de la Unidad Popular, anterior al golpe militar, Ruiz realizó dos de las mejores películas nacionales de todos los tiempos: Palomita blanca y Tres tristes tigres.

Si en este festival de cine chileno hay una «sagrada familia», también se cuenta con un «padre nuestro». Rodrigo Sepúlveda dirigió a la eminente actriz argentina Cecilia Roth en un filme titulado del mismo modo que la oración canónica de la cristiandad: Padre Nuestro, una historia emocionante, llena de detalles de la vida común, que muestra cómo, a pesar de todo, siempre hay una última oportunidad para el reencuentro y la comprensión entre los padres y los hijos, a diferencia de la roñosa y gritadora serie argentina Montaña rusa que, supongo, llegará al final algún día.


La última luna, de Miguel Littín ya fue vista en el festival internacional del nuevo cine latinoamericano.
También se exhibe El baño, debut de Gregory Cohen dedicado a mostrar, desde una cámara fija, los cambios culturales, sociales y domésticos acaecidos en el país sudamericano entre 1968 y 1988. Hippies, dueñas de casa, maestros, profesionales, víctimas, victimarios, aparecen en este baño, con su humor, pasiones y miedos, sin saber que siempre hay un Ojo que los está observando...

Menos panorámica y más intimista es El rey de San Gregorio, que narra la vida de Pedro Vargas —quien se interpreta a sí mismo—, un hombre de 30 años que vive en la población de San Gregorio y presenta una discapacidad física y cierto grado de discapacidad mental. Sin embargo, ninguno de estos factores impide que sea el protagonista de una hermosa historia de amor junto a su «princesa» Cati, una chica que presenta un grado severo de discapacidad mental. Ellos deben luchar por su amor, a pesar de la sobreprotección y miedos de sus familias.

Si está en la semana Raúl Ruiz, no tiene por qué faltar el otro gran director chileno consagrado también a finales de la década de 1970. Miguel Littín, el autor de ese clásico que sigue siendo El chacal de Nahueltoro aparece con su filme más reciente, La última luna, el relato de cómo comenzaron a construir una casa en la colina de Judea, Soliman, un joven palestino, y Jacob, su amigo judío, mientras la aparente quietud del lugar es interrumpida por ráfagas de violencia que anticipan los futuros días de la guerra.

Cuando se estrenó en el Festival de La Habana, el colega Rolando Pérez Betancourt aseguró en Granma que La última luna era una de las mejores películas de Littín, «sensible y contenida, sin ser didáctica», «cine para aprender y disfrutar las perspectivas del arte».

En ocasión del Festival de La Habana al que hacía referencia, nos visitó Miguel Littín, y en una entrevista con Frank Padrón emitió las siguientes opiniones sobre el cine chileno hecho por jóvenes, como lo son la mayoría de los realizadores que integran esta jornada de la Cinemateca: «La nueva generación de cineastas chilenos es atrevida, audaz y talentosa; son jóvenes, y ser jóvenes, decía Allende, es sinónimo de rebeldía. Buscan su camino en medio del marasmo y del caos de una sociedad neoliberal confusa y perversa, y allí están desafiantes e iconoclastas; sus obras están abriendo caminos».

Valga la recomendación experta y penetrante, aunque venga de bien cerca.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

KLUTE

TITULO ORIGINAL
Klute
AÑO
1971
DURACIÓN
114 min.
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PAÍS
DIRECTOR
Alan J. Pakula
GUIÓN
Andy K. Lewis & Dave Lewis
MÚSICA
Michael Small
FOTOGRAFÍA
Gordon Willis
REPARTO
Jane Fonda, Donald Sutherland, Roy Scheider, Charles Cioffi, Dorothy Tristan, Rita Gam, Anthony Holland, Shirley Stoller, Richard B. Shull
PRODUCTORA
Warner Bros. Presents an Alan J. Pakula Production
GÉNERO Y CRÍTICA
Más información
1971: 1 Oscar mejor actriz (Jane Fonda) / Intriga / SINOPSIS: Un hombre ha desaparecido sin dejar rastro en Nueva York. Klute (Donald Sutherland), un policia íntimo amigo suyo, encuentra una pista en unas cartas que aquel le escribía a una prostituta llamada Bree (Jane Fonda), así que va a buscarla para interrogarla, iniciando con ella una relación amorosa tempestuosa. Simultaneamente, Klute prosigue con sus investigacioens en los bajos fondos cuando, de pronto, las prostitutas empiezan a ser asesinadas, y Klute piensa que Bree puede ser la próxima víctima. (FILMAFFINITY)----------------------------------------"Intriga policial dirigida con maestría y excelente ambientación" (Fernando Morales: Diario El País)----------------------------------------"Sutherland anima uno de esos detectives con vocación de eternidad. Un thriller con profundo y desgarrado sabor clásico" (Luis Martínez: Diario El País)----------------------------------------

Klute es una película de 1971, del género policiaco, dirigida por Alan J. Pakula, que trata de la historia de una prostituta que colabora con un detective en la solución de un caso. Está interpretada en los roles principales por Jane Fonda, Donald Sutherland, Charles Cioffi, Dorothy Tristan, Vivian Nathan y Roy Scheider. Jane Fonda obtuvo un Oscar a la mejor actriz y el film fue nominado al Oscar al mejor guión original.

COMENTARIO:

El estilo algo moroso, detallista, recreativo y minucioso de Alan J. Pakula le viene a esta gran película como anillo al dedo. Tanto que es probablemente y con mucha diferencia su mejor cinta, la más contundente y en la que más se justifica esa obsesión en la obra del director por dotar de un sólido trasfondo psicológico a sus personajes para justificar así todas sus acciones que en el caso de Klute son bastante complejas y sorprendentes pero siempre comprensibles.
Klute es no solamente un” thriler” muy competente, también indaga con la certeza de un entomólogo en la sociedad de los primeros años 70 y concibe un retrato inteligente y certero de ese momento a través de las peripecias de una prostituta acosada por un maniaco (en aquel momento los psicópatas aún no tenían carta de naturaleza en el cine como tales) Pakula consigue un deslumbrante y muy humano retrato de personajes espléndidamente servidos por la pareja protagonista.
Obra nada complaciente y de una gran dureza para su época, tan solo se ve perjudicada por un final bastante previsible, pero curiosamente la fuerza de su puesta en escena y su ínterés innegable consigue que esto importe poco, ya que su argumento detectivesco pasa a un segundo plano para ceder importancia a ese fascinante retrato de personajes y situaciones muy novedoso y meritorio en su momento y que con el paso de los años han derivado en clichés cinematográficos manidos y usados en multitud de películas con bastante menos fortuna.

Jane Fonda se adueña de la película desde la primera escena hasta la última con una brillantez interpretativa tal, con tanta expresividad interior, inteligencia y conciencia de mujer –aunque también con la pena y la inseguridad de una persona sola– que casi hace estallar el personaje. Recibió un Oscar merecidísimo en ese papel de una mujer retrato que, como prostituta, en tanto la clásica víctima como la dueña de la situación desde el punto de vista psicológico.












Biografia de Jane Fonda




Actriz estadounidense, hija del actor Henry Fonda.
Estudia arte dramático en el Actor's Studio de Lee Strasberg. Trabaja en varias obras de teatro en Broadway y pasa al cine con Tall Story (Me casaré contigo, 1960), de Joshua Logan.
Destacan sus papeles en The Chapman report (1963), de George Cukor;
al lado de Alain Delon Les félins (1963),
de René Clément; Cat Ballou (La ingenua explosiva, 1965),
de Elliot Silverstein, con Lee Marvin;
The chase (La jauría humana, 1966), de Arthur Penn;
al lado de Robert Redford Descalzos en el parque (1967), de Gene Saks;
They shoot horses, don't they? (Danzad, danzad, malditos, 1969);
Quatre nuits d'un rêveur (Las cuatro noches de un soñador, 1971), de Jean-Luc Godard, con Yves Montand; Krull (1971),
de Allan Pakula, con Donald Sutherland; Klute (1972),
con la que obtiene el Oscar;
El síndrome de China (1979), de James Bridge;
In a golden Pond (En el estanque dorado, 1981), en la que actúa al lado de Katharine Hepburn y su padre, que obtiene el Oscar;
He morning after (La mañana siguiente, 1986),
de Sidney Lumet, y Gringo Viejo (1987),
de Luis Puenzo, con Gregory Peck y Jimmy Smith.
Otras de sus películas son Jeux d'amour, de Philippe de Broca;
Nine to five (Cómo eliminar a su jefe);
El pasado me condena, (KLUTE)
La tigresa del oeste,
Agnes de Dios,
Barbarella,
Fun with Dick and Jane (No robarás a menos que sea necesario) y
Fabricante de muñecas. ..

CINE: ENTREVISTA CON JANE FONDA
"Crecí sintiendo que debía ser perfecta"
A los 67 vuelve al cine tras 15 años de ausencia, como una insoportable en "Una suegra de cuidado". Habla de sus maridos, el cristianismo, Vietnam, Irak, su libro de memorias y dice: "Mis últimas películas fueron un martirio".
Bob Straus. THE NEW YORK TIMES PARA CLARIN
Reina hollywoodense de la autoinvención, Jane Fonda mantuvo muy bajo perfil durante los últimos quince años, luego de abandonar la industria del cine y casarse con su tercer marido, el magnate de los medios Ted Turner.Pero con su autobiografía My Life So Far, un best-seller, y su llamativa actuación en la comedia Una suegra de cuidado, Fonda, 67, vuelve a ser una figura mediática tan ubicua como siempre.Sin embargo, la hija de Henry Fonda, la bomba sexy de los '60, Hanoi Jane y la gurú de los videos de workout nuevamente es otra.
Para variar, es feliz."Escribí el libro porque he logrado cierto conocimiento sobre mi vida, y sabía que, si lo escribía con honestidad, podía ayudar a la gente", dice Fonda. "Me gustó que, por la misma época en que apareció el libro, pudiera hacer una película que es cómica, algo con lo que la gente no me asocia, pese a que hice muchas comedias."La autobiografía revela mucha información personal, gran parte de la cual la actriz nunca ha comentado públicamente.
En ella, podemos leer cómo se sintió cuando, a los 12 años, se enteró por una revista de cine de que su madre, Frances Seymour, se había suicidado. La distancia emocional de su padre Henry se analiza con gran detalle, como también sus propias batallas con la bulimia y su eterna necesidad de ser perfecta.
Además aparecen los maridos a quienes sentía que no podía complacer: el director francés Roger Vadim, que no sólo la convirtió en la sexy aventurera espacial de Barbarella sino que también invitaba prostitutas a compartir el lecho conyugal; el activista político Tom Hayden, que la dejó por una mujer más joven; y el impulsivo Ted Turner, que, pese a algunos errores, sigue siendo el ex preferido de Fonda."Es la única persona que conozco que ha tenido que pedir perdón más veces que yo", dice riendo. Naturalmente, se refiere a sus repetidos mea culpas por su viaje a Hanoi en plena guerra de Vietnam, que culminó con la infausta foto de Fonda sentada sobre un cañón antiaéreo norvietnamita.
Pero la pregunta que más curiosidad despierta entre las que debe responder en este momento es la de por qué de pronto abandonó una carrera artística que le valió dos premios de la Academia e Hollywood (por Mi pasado me condena y Regreso sin gloria), le permitió abordar cuestiones pendientes con Henry (En la laguna dorada) y le permitió expresar creativamente algunas de sus ideas (El síndrome de China).
"Las últimas películas que hice fueron un martirio", dice Fonda, cuyo matrimonio con Hayden estaba en crisis en aquel momento. "Era una persona infeliz. Pero lo negaba y vivía metida para adentro. No se puede vivir así y ser creativa al mismo tiempo. Me aterraba levantarme cada mañana e ir a trabajar."Pero no hubo terror en el set de Una suegra de cuidado, comedia en la que hace el papel de una madre que desaprueba a la prometida de su hijo, interpretada por Jennifer Lopez."Esto no fue un desafío", comenta Fonda risueña sobre su personaje, Viola Fields, figura de la TV parecida a Barbara Walters, cuyo comportamiento delirante dice haber basado en el de Turner. Quizá no lo fue para ella, pero no dicen lo mismo las estrellas de la leyenda viviente."Cuando entra Jane Fonda, sentís cosquillas en el estómago", reconoce Lopez. "No podés evitarlo, porque estás acostumbrada a ver su impresionante imagen en la pantalla.""Dejame que te cuente lo primero que dijo cuando se vio en el trailer", agrega el director Robert Luketic (Legalmente rubia).
"Cuando abandonó el cine, los trailers no eran lo que hoy. Vino y me dijo: '¡Guau! ¿Con quién voy a compartir este trailer?' Y yo le contesté: 'Nena, ¿fumaste crack? ¡Es todo para vos!'. A su manera —dice—, Jane nos fijó cierto tono. Era un tono de 'Respetémonos, divirtámonos, seamos profesionales.'"Por emocionalmente devastada que estuviera y por políticamente radical que fuera, Fonda siempre mantuvo una firme actitud profesional. Ella dice que, en el pasado, eso era algo un poco actuado.
"Crecí sintiendo que no me querrían a menos que fuera perfecta, y que debía ser perfecta", explica. "Eso te pone bastante ansiosa. La gente calma la ansiedad de diferentes maneras —con el alcohol, el juego, el sexo, o lo que sea—, yo llenaba esa necesidad con adicciones alimentarias y la enfermedad de complacer. Tenía éxito, era financieramente independiente, pero nunca tuve suficiente valor para ser dueña de mí misma. Pasé quince años tratando de curarme."Parte de esa curación consistió en volcarse al cristianismo. "Durante un tiempo, busqué un hogar espiritual —revela—. Respeto al budismo y al islamismo, pero si tengo que buscar un hogar espiritual, lo haría en el cristianismo."Jane también ha hallado un hogar temporal en la ciudad de Turner, Atlanta, donde sigue viviendo con su hija, Vanesa Vadim, y sus nietos. "Vivo en Georgia porque es un lugar real —dice—. No es un ambiente enrarecido ni elitista. Soy activista social, así que pienso que allí voy a ser más eficaz", agrega Fonda, que consagra gran parte de su energía (y una buena porción de su jugoso salario) a la Campaña para la Prevención del Embarazo Adolescente.
"Y además, allí está mi hija, y mis nietos, y los nietos de Ted, que me llaman abuela. Es donde he echado raíces."Quizá esto suene como una velada crítica a su crianza hollywoodense. "Mi madre era maníaco-depresiva —dice—. Mi padre era distante. Eran personas maravillosas, e hicieron las cosas lo mejor que pudieron, pero no sabían ser padres.
No tuve una mala infancia, pero sí una que me hizo sentir que no valía lo suficiente."En cuanto a los errores que cometió, siente que ha superado el más grande, la enfermedad de complacer a los demás. Pero la verdadera prueba todavía no ha llegado."Me encantaría enamorarme, pero no ha ocurrido", se encoge de hombros. "Todos los que me conocen dicen que estoy distinta. Pero no pasás la prueba hasta estar en una relación.
"Traducción de Elisa Carnelli
TRAILER :