Desde Buenos Aires, Argentina; Bogotá, Colombia y Caracas, Venezuela; las tres protagonistas compartirán una misma experiencia: creer que están embarazadas. Desde un elegante atelier, las calles de una agitada ciudad o una acogedora casa, estas tres mujeres se enfrentarán a la impactante realidad de un embarazo no planificado, evento que las llevará a descubrir sus prioridades y a sincerarse con ellas mismas.
La historia escrita por Alejandra Zseplaki y Leticia Castro es llevada a la vida por los actores venezolanos Carolina Riveros, Reinaldo Zavarce “Peche”, los argentinos Bernarda Pages y Martín Borinsenko, y los colombianos Marina García, Juan Pablo Raba y Andrés Suárez; todos bajo la dirección de Szeplaki, y con la dirección ejecutiva de Daniel Jerozolimski.
Lejos de lo que se acostumbra llamar ‘el típico cine venezolano’, Día Naranja no presenta matices políticos, violentos o de crítica social; esta película es más bien soñadora, un tanto humorística y muy femenina; se nota en ella la influencia del filme francés Amelie y de directores como Almodovar y Tim Burton. Además, en sus múltiples animaciones, la escenografía y el vestuario de las actrices, queda clara la participación de un importante equipo de diseñadores gráficos, de moda y artistas plásticos.
Entrevista a Alejandra Szeplaki.
Todo ocurrió en un Día Naranja.
martes, 04 de agosto de 2009 a las 15:59
Se estima que para el mes de Octubre de este año se estará estrenando en la cartelera venezolana Día Naranja, el primer largometraje de la realizadora venezolana Alejandra Szeplaki. La película cuenta la historia de tres mujeres, Ana, Patricia y Sol, quienes, en tres lugares diferentes de Suramérica, se enfrentan a un destino común: la posibilidad de ser madres. Caracas, Buenos Aires y Colombia son el marco de las tres historias, las cuales se desarrollan en un sólo día. Un Día Naranja.
Según un artículo publicado por la Agencia Bolivariana de Noticias, la película fue financiada por el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC), el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de Argentina (INCAA) y las compañías venezolanas Estrella Films, Lagarto Films y Bolívar Films, entre otras.
Para hablar de Día Naranja y otras cuestiones de interés, Alejandra nos concedió una entrevista, la cual transcribo a continuación.
EC: ¿Quién es Alejandra Szeplaki? ¿Dónde coinciden la mujer y la cineasta?
AS: He tratado de responder a esta terrible pregunta varias veces, he abierto varias botellas de vino tinto, me siento frente a mi mac, me sirvo una copa y termino la botella sin poder siquiera redactar dos líneas coherentes. Has empezado la entrevista por un lugar que me intimida, no puedo responder muy bien, no soy muy buena redactando, pero juro hago mi mejor esfuerzo aunque he tardado más de un mes en responder, esta difícil, no soy una intelectual. Es muy difícil saber quien soy o hablar de mi, me da un poco de angustia, pero te puedo decir que soy alguien que ama el cine, cada vez que estoy triste voy al cine y en esa sala oscura siempre me siento mejor. Cuando estoy feliz también lo celebro viendo una película, cuando me siento perdida en la vida siempre tengo al cine como tabla de salvación. Trabajo en el mundo del cine desde muy joven, mi primeros salarios fueron gracias al cine y desde muy joven decidí que no quería hacer otra cosa en el mundo. Siempre me ha interesado el mundo de lo femenino, desde esta óptica femenina enfoco mi trabajo. También desde este lugar he hecho de mi trabajo una visión feminista de la imagen.
EC: ¿Crees que la mujer venezolana, además de las grandes actrices, ha tenido una participación importante en el cine venezolano?
AS: El cine venezolano está lleno de grandes mujeres, desde grandes mujeres que han escrito crítica de cine, hasta importantes directoras de cine, cuyas películas están entre las más taquilleras de cine nacional. Los galardones más importantes que ha conquistado el cine nacional han sido de películas hechas por mujeres. Pero entre los mejores productores ejecutivos del país hay varias mujeres, productoras generales, productoras de campo, además de otros cargos donde es más común que sean mujeres las responsables del cargo, me refiero a script, vestuario, maquillaje. Muchísimas de mis compañeras de oficio han decidido incluso hacer del cine su familia y no tener hijos porque el sacrificio de la profesión se los ha impedido. Este es un oficio duro y para las mujeres más. Pero el cine nacional existe gracias al trabajo y talento de muchas mujeres.
EC: Sé que tienes encima 35 documentales y 3 cortos de ficción. Háblanos un poco (brevemente) de esos primeros trabajos, así como de tus influencias.
AS: Nunca pensé que haría documental, de hecho era un género que nunca me interesó, pero el país comenzó a cambiar y estos cambios merecían ser documentados, esta energía quizás me llevo a trabajar en el género documental. Pero también aquí descubrí una libertad creativa inmensa, las cámaras de video son muy ágiles, el equipo es mínimo y es increíble la libertad que se gana, comparado con la rigidez del 35 mm, la edición inmediata es mágica. Es un género que hoy amo.
El corto de ficción, fue mi escuela. Al no tener estudios formales en cine en ninguna gran universidad, allí aprendí todo confrontándome conmigo misma, aprendí procesos técnicos, aprendí a dirigir, a amar mi profesión, a entender que este oficio es un apostolado al que debes dedicar tu cuerpo y alma y entregarte de verdad, sino no terminas los cortos, y que allí pones tu dinero, tus sueños, tus ideas, tus frustraciones, tu amor. Ahora cuando veo mis cortos, igual que antes, lloro de emoción, me conmueven mucho, porque les dediqué mi cuerpo y alma. Mis cortos fueron un espacio de libertad, experimentación, un espacio para encontrar un lenguaje propio. Buenos o malos al menos se que los he hecho con el corazón en la mano.
EC: Entiendo que tu obra siempre ha tenido una mirada intimista de lo femenino. ¿Qué significa mostrar ese lado de la realidad? ¿Crees que un hombre está en capacidad de mostrar a la mujer tal y como es?
AS: Hay hombres que han retratado muy bien el alma de la mujer. Pero en mi trabajo la mirada de la mujer, de lo únicamente femenino, está siempre presente, procuro buscarla y la atesoro, como una llama frágil. Nunca me interesó lo feminista en el sentido panfletario, más bien siempre he buscado lo pequeñito, lo cotidiano, lo que puede decir un gesto, una mirada, un movimiento de cámara, más que una gran declaración de principios. El mundo de la mujer me parece interesante, por esto lo he explorado en mi trabajo. El mundo de mis amigas, de las mujeres de mi familia. Casi siempre escucho música cantada por mujeres, leo literatura escrita por mujeres, no es algo impuesto, se da por sí mismo, es como una energía que me busca. Quizás porque los cuentos que se contaban mientras se cocinaba en la cocina de mi casa, eran los que me comenzaron a vincular con el mundo.
Lo lindo de mi trabajo, es que algunas cosas que he filmado han permitido a muchas mujeres hablar de cosas que se relacionan con los temas que tocan las películas. Esto ha propiciado discusiones o compartir sentimientos, y esto es mágico. Si alguna frase o imagen de las que creo, conmueve a una mujer y la nueve a hablar o compartir con otra, he logrado mi objetivo.
EC: ¿De qué va Día Naranja y en qué crees se diferencia del resto de tu obra?
AS: Un largo es tan diferente!, tanto dinero!. Tanto tiempo. En esencia yo creo que se parece mucho a mis otras pelis, claro más profesional, mejor hecha, con más recursos, espero que quede mejor y también menos radical!
La gente habla!!! (los otros cortos son mudos). Bueno ha sido un gran proceso de aprendizaje, desde el guión, que fue un trabajo de 2 años y medio que escribí gracias a la colaboración de una talentosa guionista argentina llamada Leticia Castro. No sabes lo que me di de cabezazos hasta entender que no podía yo sola, que yo no soy guionista. También que un largo es muy diferente a un corto, en el aspecto de planificación, producción, etc. Aprendí a trabajar con actores, a trabajar con un gran equipo de profesionales donde de cada uno aprendes muchísimo, también a tener paciencia; los procesos son muy largos. Bueno y el camino que me queda por delante será de aprender mucho más. Pero he aprendido de todo, de fotografía, de arte, de dirección, de actuación, de edición, de cámara, de producción, de post producción. Un largometraje es un gran trabajo en equipo. Sin un gran equipo no hay película y mi labor aquí ha sido coordinar el talento de muchas personas para lograr un lindo resultado. En lo que más se parece a todos mis trabajos, es que sigue siendo una gran escuela de vida.
EC: ¿Cómo lograste conseguir financiamiento para Día Naranja?
AS: Gracias al gran esfuerzo y talento del productor ejecutivo de la película Daniel Jerozolimski, quien ha conseguido el dinero para la producción en Venezuela y los acuerdos de coproducción con Argentina y Colombia, Ibermedia entre otros, aportes como Cines unidos, Bolivar Films, Adolfo Lopez Sojo, etc, así como un grupo de talentosos productores ejecutivos regionales como Hugo Castro Fau de Argentina, Alexandro Angulo de Colombia. Igualmente Daniel ha convocado un gran equipo de producción local que ha hecho posible que la película se filme. Como siempre, una sola persona no hace una película, sino un conjunto de talentosas personas, en este caso el equipo de Daniel, que ha trabajado para hacer de Día Naranja una realidad. Este gran equipo pasa desde jefes de producción como Marianella Illas hasta los asistentes de producción.
EC: ¿Crees que actualmente existe un renacer del cine venezolano?
AS: Sin duda, un renacer de temas, de taquilla, de talentos, un interés de la gente por nuestro cine, un Estado comprometido con que exista de verdad el cine nacional. Estamos en un momento más que alentador, un momento fantástico. Y me alegra estar aquí y ser parte de esto.
EC: ¿Qué opinas de la Villa del Cine como institución?
AS: Creo que como concepto es algo formidable. Un espacio que se abre para el cine nacional, algo totalmente novedoso. Una institución con grandes recursos para el cine y una posibilidad para hacer más películas. Allí en poco tiempo van a haber equipos de tecnología de punta que se ofrecerán a todo el cine a precios solidarios. Estudios de sonido, de filmación, talleres de costura, cámaras. La villa del cine generará empleo para cientos de colegas. Es un espacio que no existe en Latinoamérica. Es producto de un Estado que entiende y asume con letras mayúsculas, su compromiso con el séptimo arte.
EC: Has escrito crítica de cine. Algunos consideran a los críticos como seres insufribles. ¿Cuál es tu opinión?
AS: Si he escrito, crítica de cine. No lo considero un oficio de gente insufrible, sólo creo que los malos críticos de cine son seres insufribles, sin duda, pues escriben creyéndose dueños de la verdad absoluta. Esto siempre es, cuando menos, de muy mal gusto.
Nunca quise escribir de cine nacional, fue siempre mi única condición para aceptar escribir en prensa. Me niego a hablar mal de nuestro cine, no tengo objetividad con el cine venezolano, lo amo demasiado y cuando algo no me gusta, igual me duele demasiado, lo sufro mucho, soy parte de él.
Escribir crítica de cine es un oficio, bellísimo. Uno que te deja unos recuerdos preciosos, la gente me conoce más por mi labor de crítico que como cineasta. Es algo real, precioso, que los lectores, si tienen empatía como lo que escribes y con tu estilo, están pendientes de lo que reseñas, van a ver las películas si hablas bien de ellas, te leen cada semana. Es una pena que en Venezuela, la crítica en prensa es casi inexistente, los grandes periódicos cerraron las puertas y las columnas de sus críticos, el país se quedó sin este espacio de reflexión, es algo que da vergüenza.
EC: Empezaste a hacer cine muy joven. ¿Qué le dirías a aquellos que están empezando?
AS: Cuando empecé a hacer cine, entré por donde casi todo el mundo entra, como asistente de producción, trabajando gratuitamente en un cortometraje. De allí en adelante son muchos años trabajando duro en este medio. Es una profesión bella y fuerte. Yo nunca pensé que llegaría a ser directora, y bueno aquí estoy, he pasado por muchos lugares maquillaje, utilería, asistente de dirección, dirección de arte, he dirigido cosas bonitas y cosas feas, he llorado y me he estrellado y me han salido mis proyectos y he ganado premios. Esta es una profesión donde los sueños se pueden hacer realidad. El cine es mi lugar en el mundo.
EC: ¿Tienes una fecha de estreno para Día Naranja?
AS: Sueño con la gran frase: ¡pronto en cines! y espero que en septiembre esté en las pantallas nacionales!!
martes, 04 de agosto de 2009 a las 15:59
Se estima que para el mes de Octubre de este año se estará estrenando en la cartelera venezolana Día Naranja, el primer largometraje de la realizadora venezolana Alejandra Szeplaki. La película cuenta la historia de tres mujeres, Ana, Patricia y Sol, quienes, en tres lugares diferentes de Suramérica, se enfrentan a un destino común: la posibilidad de ser madres. Caracas, Buenos Aires y Colombia son el marco de las tres historias, las cuales se desarrollan en un sólo día. Un Día Naranja.
Según un artículo publicado por la Agencia Bolivariana de Noticias, la película fue financiada por el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC), el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de Argentina (INCAA) y las compañías venezolanas Estrella Films, Lagarto Films y Bolívar Films, entre otras.
Para hablar de Día Naranja y otras cuestiones de interés, Alejandra nos concedió una entrevista, la cual transcribo a continuación.
EC: ¿Quién es Alejandra Szeplaki? ¿Dónde coinciden la mujer y la cineasta?
AS: He tratado de responder a esta terrible pregunta varias veces, he abierto varias botellas de vino tinto, me siento frente a mi mac, me sirvo una copa y termino la botella sin poder siquiera redactar dos líneas coherentes. Has empezado la entrevista por un lugar que me intimida, no puedo responder muy bien, no soy muy buena redactando, pero juro hago mi mejor esfuerzo aunque he tardado más de un mes en responder, esta difícil, no soy una intelectual. Es muy difícil saber quien soy o hablar de mi, me da un poco de angustia, pero te puedo decir que soy alguien que ama el cine, cada vez que estoy triste voy al cine y en esa sala oscura siempre me siento mejor. Cuando estoy feliz también lo celebro viendo una película, cuando me siento perdida en la vida siempre tengo al cine como tabla de salvación. Trabajo en el mundo del cine desde muy joven, mi primeros salarios fueron gracias al cine y desde muy joven decidí que no quería hacer otra cosa en el mundo. Siempre me ha interesado el mundo de lo femenino, desde esta óptica femenina enfoco mi trabajo. También desde este lugar he hecho de mi trabajo una visión feminista de la imagen.
EC: ¿Crees que la mujer venezolana, además de las grandes actrices, ha tenido una participación importante en el cine venezolano?
AS: El cine venezolano está lleno de grandes mujeres, desde grandes mujeres que han escrito crítica de cine, hasta importantes directoras de cine, cuyas películas están entre las más taquilleras de cine nacional. Los galardones más importantes que ha conquistado el cine nacional han sido de películas hechas por mujeres. Pero entre los mejores productores ejecutivos del país hay varias mujeres, productoras generales, productoras de campo, además de otros cargos donde es más común que sean mujeres las responsables del cargo, me refiero a script, vestuario, maquillaje. Muchísimas de mis compañeras de oficio han decidido incluso hacer del cine su familia y no tener hijos porque el sacrificio de la profesión se los ha impedido. Este es un oficio duro y para las mujeres más. Pero el cine nacional existe gracias al trabajo y talento de muchas mujeres.
EC: Sé que tienes encima 35 documentales y 3 cortos de ficción. Háblanos un poco (brevemente) de esos primeros trabajos, así como de tus influencias.
AS: Nunca pensé que haría documental, de hecho era un género que nunca me interesó, pero el país comenzó a cambiar y estos cambios merecían ser documentados, esta energía quizás me llevo a trabajar en el género documental. Pero también aquí descubrí una libertad creativa inmensa, las cámaras de video son muy ágiles, el equipo es mínimo y es increíble la libertad que se gana, comparado con la rigidez del 35 mm, la edición inmediata es mágica. Es un género que hoy amo.
El corto de ficción, fue mi escuela. Al no tener estudios formales en cine en ninguna gran universidad, allí aprendí todo confrontándome conmigo misma, aprendí procesos técnicos, aprendí a dirigir, a amar mi profesión, a entender que este oficio es un apostolado al que debes dedicar tu cuerpo y alma y entregarte de verdad, sino no terminas los cortos, y que allí pones tu dinero, tus sueños, tus ideas, tus frustraciones, tu amor. Ahora cuando veo mis cortos, igual que antes, lloro de emoción, me conmueven mucho, porque les dediqué mi cuerpo y alma. Mis cortos fueron un espacio de libertad, experimentación, un espacio para encontrar un lenguaje propio. Buenos o malos al menos se que los he hecho con el corazón en la mano.
EC: Entiendo que tu obra siempre ha tenido una mirada intimista de lo femenino. ¿Qué significa mostrar ese lado de la realidad? ¿Crees que un hombre está en capacidad de mostrar a la mujer tal y como es?
AS: Hay hombres que han retratado muy bien el alma de la mujer. Pero en mi trabajo la mirada de la mujer, de lo únicamente femenino, está siempre presente, procuro buscarla y la atesoro, como una llama frágil. Nunca me interesó lo feminista en el sentido panfletario, más bien siempre he buscado lo pequeñito, lo cotidiano, lo que puede decir un gesto, una mirada, un movimiento de cámara, más que una gran declaración de principios. El mundo de la mujer me parece interesante, por esto lo he explorado en mi trabajo. El mundo de mis amigas, de las mujeres de mi familia. Casi siempre escucho música cantada por mujeres, leo literatura escrita por mujeres, no es algo impuesto, se da por sí mismo, es como una energía que me busca. Quizás porque los cuentos que se contaban mientras se cocinaba en la cocina de mi casa, eran los que me comenzaron a vincular con el mundo.
Lo lindo de mi trabajo, es que algunas cosas que he filmado han permitido a muchas mujeres hablar de cosas que se relacionan con los temas que tocan las películas. Esto ha propiciado discusiones o compartir sentimientos, y esto es mágico. Si alguna frase o imagen de las que creo, conmueve a una mujer y la nueve a hablar o compartir con otra, he logrado mi objetivo.
EC: ¿De qué va Día Naranja y en qué crees se diferencia del resto de tu obra?
AS: Un largo es tan diferente!, tanto dinero!. Tanto tiempo. En esencia yo creo que se parece mucho a mis otras pelis, claro más profesional, mejor hecha, con más recursos, espero que quede mejor y también menos radical!
La gente habla!!! (los otros cortos son mudos). Bueno ha sido un gran proceso de aprendizaje, desde el guión, que fue un trabajo de 2 años y medio que escribí gracias a la colaboración de una talentosa guionista argentina llamada Leticia Castro. No sabes lo que me di de cabezazos hasta entender que no podía yo sola, que yo no soy guionista. También que un largo es muy diferente a un corto, en el aspecto de planificación, producción, etc. Aprendí a trabajar con actores, a trabajar con un gran equipo de profesionales donde de cada uno aprendes muchísimo, también a tener paciencia; los procesos son muy largos. Bueno y el camino que me queda por delante será de aprender mucho más. Pero he aprendido de todo, de fotografía, de arte, de dirección, de actuación, de edición, de cámara, de producción, de post producción. Un largometraje es un gran trabajo en equipo. Sin un gran equipo no hay película y mi labor aquí ha sido coordinar el talento de muchas personas para lograr un lindo resultado. En lo que más se parece a todos mis trabajos, es que sigue siendo una gran escuela de vida.
EC: ¿Cómo lograste conseguir financiamiento para Día Naranja?
AS: Gracias al gran esfuerzo y talento del productor ejecutivo de la película Daniel Jerozolimski, quien ha conseguido el dinero para la producción en Venezuela y los acuerdos de coproducción con Argentina y Colombia, Ibermedia entre otros, aportes como Cines unidos, Bolivar Films, Adolfo Lopez Sojo, etc, así como un grupo de talentosos productores ejecutivos regionales como Hugo Castro Fau de Argentina, Alexandro Angulo de Colombia. Igualmente Daniel ha convocado un gran equipo de producción local que ha hecho posible que la película se filme. Como siempre, una sola persona no hace una película, sino un conjunto de talentosas personas, en este caso el equipo de Daniel, que ha trabajado para hacer de Día Naranja una realidad. Este gran equipo pasa desde jefes de producción como Marianella Illas hasta los asistentes de producción.
EC: ¿Crees que actualmente existe un renacer del cine venezolano?
AS: Sin duda, un renacer de temas, de taquilla, de talentos, un interés de la gente por nuestro cine, un Estado comprometido con que exista de verdad el cine nacional. Estamos en un momento más que alentador, un momento fantástico. Y me alegra estar aquí y ser parte de esto.
EC: ¿Qué opinas de la Villa del Cine como institución?
AS: Creo que como concepto es algo formidable. Un espacio que se abre para el cine nacional, algo totalmente novedoso. Una institución con grandes recursos para el cine y una posibilidad para hacer más películas. Allí en poco tiempo van a haber equipos de tecnología de punta que se ofrecerán a todo el cine a precios solidarios. Estudios de sonido, de filmación, talleres de costura, cámaras. La villa del cine generará empleo para cientos de colegas. Es un espacio que no existe en Latinoamérica. Es producto de un Estado que entiende y asume con letras mayúsculas, su compromiso con el séptimo arte.
EC: Has escrito crítica de cine. Algunos consideran a los críticos como seres insufribles. ¿Cuál es tu opinión?
AS: Si he escrito, crítica de cine. No lo considero un oficio de gente insufrible, sólo creo que los malos críticos de cine son seres insufribles, sin duda, pues escriben creyéndose dueños de la verdad absoluta. Esto siempre es, cuando menos, de muy mal gusto.
Nunca quise escribir de cine nacional, fue siempre mi única condición para aceptar escribir en prensa. Me niego a hablar mal de nuestro cine, no tengo objetividad con el cine venezolano, lo amo demasiado y cuando algo no me gusta, igual me duele demasiado, lo sufro mucho, soy parte de él.
Escribir crítica de cine es un oficio, bellísimo. Uno que te deja unos recuerdos preciosos, la gente me conoce más por mi labor de crítico que como cineasta. Es algo real, precioso, que los lectores, si tienen empatía como lo que escribes y con tu estilo, están pendientes de lo que reseñas, van a ver las películas si hablas bien de ellas, te leen cada semana. Es una pena que en Venezuela, la crítica en prensa es casi inexistente, los grandes periódicos cerraron las puertas y las columnas de sus críticos, el país se quedó sin este espacio de reflexión, es algo que da vergüenza.
EC: Empezaste a hacer cine muy joven. ¿Qué le dirías a aquellos que están empezando?
AS: Cuando empecé a hacer cine, entré por donde casi todo el mundo entra, como asistente de producción, trabajando gratuitamente en un cortometraje. De allí en adelante son muchos años trabajando duro en este medio. Es una profesión bella y fuerte. Yo nunca pensé que llegaría a ser directora, y bueno aquí estoy, he pasado por muchos lugares maquillaje, utilería, asistente de dirección, dirección de arte, he dirigido cosas bonitas y cosas feas, he llorado y me he estrellado y me han salido mis proyectos y he ganado premios. Esta es una profesión donde los sueños se pueden hacer realidad. El cine es mi lugar en el mundo.
EC: ¿Tienes una fecha de estreno para Día Naranja?
AS: Sueño con la gran frase: ¡pronto en cines! y espero que en septiembre esté en las pantallas nacionales!!